Una chica lista
Posted on enero 28, 2015
Filed under Publicado en ABC (Comunidad Valenciana)
Cuando en septiembre de 2013 los socialistas andaluces y sus socios de Izquierda Unida encumbraron a Susana Díaz a la Presidencia de la Junta de Andalucía, fueron pocos los que se atrevieron a ponderar sus dotes intelectuales o su sentido de Estado, y muchos en cambio los que apelaron a su acreditada habilidad en el arte del navajeo político y a su inigualable dominio de los entresijos del poder. No en vano, la nueva Presidente contaba ya con una dilatada trayectoria política que le había llevado a ser sucesivamente concejal del Ayuntamiento de Sevilla, Teniente de Alcalde, Diputada al Congreso, parlamentaria autonómica, senadora y Consejera, amén de secretaria de casi todo dentro de su partido –y todo ello, antes incluso de haber cumplido los cuarenta.
Un año y pico más tarde, el empeño de los socialistas españoles por encomendarse a líderes de estatura política cada vez menor e ideas cada vez más peregrinas ha obrado el milagro de convertir a Susana Díaz en la política con más visión de Estado de todo su partido, y en una más que plausible candidata a una poco menos que inalcanzable presidencia del Gobierno. Pero, por fortuna para el PSOE, nada de ello ha mermado un ápice sus anteriores habilidades.
Y para muestra, un botón: el de su decisión de anticipar las elecciones andaluzas al próximo 22 de marzo. Haciéndolo, evita que la previsible debacle del PSOE el 24 de mayo salpique a los socialistas andaluces y les impida seguir cuatro años más en el poder; sorprende al PP en un momento en el que la recuperación económica se ha empezado a vislumbrar en las cifras macroeconómicas pero aun no en el día a día de las familias; carga sobre Izquierda Unida la culpa de haber propiciado la crisis de gobierno; y pilla a Podemos a medio consolidar sus estructuras organizativas en Andalucía. Y, por si fuera poco, le permite alcanzar el sueño de toda madre trabajadora de encajar la fecha de su parto con el periodo de menor carga de trabajo en “la empresa”.
Cosa distinta es, claro está, que sea razonable llevar a los andaluces a las urnas tres veces en un año, o introducir un elemento de confusión más en un curso político tan singularmente complejo. Pero ya se sabe que lo que caracteriza a los buenos políticos es saber pescar cuando más revuelto anda el río.
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