Valencianos en el Congreso

Posted on septiembre 21, 2015 
Filed under Publicado en el diario Las Provincias

Valencianos en el Congreso

Ahora que lo pienso, creo que también a mi me parecería estupendo que en la próxima legislatura pudiera haber un grupo parlamentario valencianista en el Congreso. Un grupo cuyos miembros no respondieran a otras reivindicaciones que las de aquest país y, ya puestos a pedir, alardearan cada vez que se subieran a la tribuna de oradores de sus ocho apellidos valencianos de rigor. Y ello, por al menos dos buenas razones que no se si seré capaz de jerarquizar como es debido. Primero, porque de este modo descubrirían que aunque para poner un problema sobre la mesa basta con tener una voz en la cámara, para solventarlo hace falta contar con el voto de la mayoría, y eso solo está al alcance de quienes son capaces de articular proyectos autenticamente colectivos. Y segundo, porque de este modo la vis cómica de la que ha venido haciendo gala Joan Baldoví desde que pisara por vez primera el Congreso podría por fin tener el eco que se merece. Y es que quienes seguimos de cerca su carrera contamos ya las jornadas que restan para pasar de sus solitarios monólogos tipo Club de la Comedia a las ilimitadas posibilidades de un genuino circo de tres pistas –Congreso, Senado y Corts– en donde no faltarían más que las fieras, ya de entrada vetadas por el alcalde Ribó.

Pero, desgraciadamente, no va a poder ser.

No lo será si Compromís acude a las elecciones en solitario, por la sencilla razón de que para conformar un grupo parlamentario propio el Reglamento del Congreso les va a exigir contar con cinco diputados y haber sumado al menos un 15% de los sufragios en el conjunto de la Comunidad. Y ese es un objetivo que en unas elecciones en donde los ciudadanos tienden a olvidarse de los partidos autonómicos para votar en clave nacional, y en las que Compromís no podrá volver a exprimir “el efecto Oltra” se me antoja muy difícil de alcanzar.

Y lo será mucho menos si Compromís decide acudir en coalición con Podemos, en este caso porque el Reglamento de la cámara baja además de prohibir que constituyan grupos parlamentarios separados los diputados de un mismo partido, establece que tampoco podrán hacerlo “los diputados que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado”. De manera que si Compromis y Podemos se integraran en una misma candidatura para sumar así sus votos, acabarían por fuerza sumando también sus escaños, de modo que incluso los obtenidos por candidatos de Compromís quedarían automáticamente adscritos al grupo de Pablo Iglesias –que es tanto como decir sujetos a su agenda, a su estrategia y, sobre todo, de sus cada vez más recurrentes tics autoritarios.

Cosa que, por cierto, también me parece estupenda: y es que lo de “casarse” en vísperas de las elecciones para “divorciarse” el día después tiene un nombre muy feo. Y al Reglamento del Congreso no le gustan los matrimonios de conveniencia.

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